Weiwei: el «grito» contra la crisis de los refugiados
— 23 octubre, 2017
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La Sección Oficial recibe ‘Human Flow’, un documental del artista chino realizado tras recorrer 23 países y 400 campamentos de refugiados
Javier Angulo saluda al artista Ai Weiwei, que ha presentado en Sección Oficial ‘Human Flow’
23/20/2017.- 23 países recorridos, 400 campamentos de refugiados visitados, más de 600 personas entrevistadas y 900 horas de material. El cineasta chino Ai Weiwei ha rememorado en Valladolid el proceso creativo de su documental Human Flow (Marea humana), que hoy ha entrado en la relación de largometrajes a concurso en la Sección Oficial de la 62 Seminci. El director, que ha comparecido en rueda de prensa, ha reivindicado el cine comprometido con la realidad: “El arte tiene que estar vinculado con la política, sin ese vínculo el arte sería superficial”.
Weiwei se enfrenta en su película a “la crisis humanitaria” de los refugiados, un problema que sufren 65 millones de personas en todo el mundo. Ante ese drama, ha señalado, nadie puede mantenerse al margen. La participación ciudadana es importante, ha dicho, porque “es un factor intrínseco de la democracia”. “El silencio de los 65 millones de refugiados es una humillación a las personas que tenemos voz. No hemos pegado el grito que deberíamos. Es una comunidad que merece nuestra atención, si no la tiene significa que el mundo se está cayendo, que será cada vez más corrupto”, ha advertido el artista. “Todas las personas tienen derechos; si no, la democracia es mentira”, ha insistido.
El drama reflejado no impide que su mensaje pueda transmitir esperanza, ha reconocido el director y productor. “Si hay algo que une a todos los refugiados es el deseo de vivir, la esperanza de tener un trabajo, de dar una buena educación a sus hijos; es la valentía lo que soporta el día a día de todos”, ha señalado.
Expectación mediática en el Salón de los Espejos del Calderón para escuchar a Ai Weiwei
Ai Weiwei ha recordado que el tema le toca muy de cerca. Se siente “parte de los refugiados”. El mismo año que él nació en Pekín (1957), su padre, que era escritor, fue desterrado por sus “opiniones políticas, culturales y artísticas”, y durante veinte años se le prohibió escribir. Vivían en una especie de gruta que excavaron en la tierra. “Me veo en ellos, sobre todo en los niños”, ha asegurado. Por eso precisamente Weiwei aparece en Human Flow, un recurso con el que también ha pretendido “dar más realismo” al documental y diferenciarse de la actitud prensa de Estados Unidos, “como si fueran los dueños del mundo”.
El cineasta ha defendido la postura del Gobierno griego, “ejemplo a seguir” al “aceptar incondicionalmente a todos los refugiados”, una posición que “no ha gustado a los miembros de la Unión Europea”.
El director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Javier Angulo, ha señalado que es “necesario” que esta película esté en la Sección Oficial, la de mayor repercusión en los medios de comunicación, pese a ser documental. “Es un retrato impactante, terrible, tan fuerte que supera cualquier ficción que el cine pudiera darnos”, ha resumido el responsable del Festival antes de agradecer a Ai Weiwei su presencia en Valladolid con el “enorme testimonio” que es Human Flow.
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