16/02/2018.- El insulto (L’insulte), de Ziad Doueiri, que logró el premio del Público en la 62 edición de Seminci, llega hoy, viernes 16 de marzo, a los cines españoles. El filme, que representó a Líbano en la última edición de los Oscar, donde competía en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa, narra el enfrentamiento, aparentemente banal, entre Toni, cristiano libanés, y Yasser, refugiado palestino. El insulto de este último al primero hace que Toni, herido en su orgullo, lleve el asunto a los tribunales, adquiriendo el conflicto una dimensión nacional. «Sólo quería escribir la historia de dos personas, una contra la otra, que al final descubren que tienen más cosas en común de las que creen», comentó Doueiri a su paso por Valladolid para presentar El insulto en Seminci.
Los dos protagonistas de ‘El insulto’, de Ziad Doueiri, en una escena de la película
Una anécdota real que le ocurrió a Doueiri cuando aún residía en su país de origen (ahora vive en Francia) fue el punto de partida para esta película, protagonizada por Adel Karam, Christine Choueiri y Kamel El Basha. Un hombre le insultó porque le cayó agua encima mientras trabajaba en el arreglo de la fachada de su casa. Doueiri respondió, aunque finalmente le pidió perdón. «Fue sólo el desencadenante, un episodio más de una realidad que viví durante 40 años en Beirut», reconoció el director en Seminci. A partir de esa situación, Doueiri propone un voraz retrato de la realidad política y social de Líbano, marcada por las desavenencias entre los refugiados palestinos y las falanges cristianas, de la que ha sido testigo desde niño y que plasma en su filmografía.
El filme conseguía, además, otros dos galardones en el festival vallisoletano: el Sociograph Award 2017 a la película más emocionante de la 62 Seminci y el premio Blogos de Oro. El jurado de este último reconocimiento se decantó por este filme «por plasmar de forma perfecta el conflicto entre Israel y Palestina a través del enfrentamiento de dos personas, convencidas de estar en posesión de la verdad, evidenciando como la ira oscurece la comprensión».
