El Museo Patio Herreriano recuerda a Tarkovski

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El Salón de Actos del Museo Patio Herreriano de Valladolid acoge hasta este jueves, día 9, un ciclo de cine dedicado a uno de los grandes maestros del cine europeo
Un fotograma de ‘Nostalgia’, de Andréi Tarkovski
07/10/2017.- Ayer lunes, 6 de noviembre, arrancaba en el Museo Patio Herreriano de Valladolid el ciclo de proyecciones dedicado a la obra del cineasta ruso Andréi Tarkovski, que se prolongará hasta este jueves, día 9. La infancia de Iván (1962) fue el título elegido para dar el pistoletazo de salida al homenaje del espacio museístico a uno de los más importantes e influyentes autores del cine soviético, quien fuera también actor y escritor.
Tarkovski fue uno de los protagonistas de la primera edición de la sección Punto de Encuentro de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Seminci, que se puso en marcha en 1987. En origen, el propósito de este apartado, que no tuvo carácter competitivo hasta 2002, era la recuperación de títulos inéditos en nuestro país de directores que entroncaban con la filosofía del Festival. Así, en su primera edición, Punto de Encuentro acogió el estreno en España de dos largometrajes firmados por Tarkovski, El espejo (1975) y Nostalgia (1983).
Precisamente, Nostalgia será la película que se proyectará mañana en el Patio Herreriano en el ciclo dedicado al cineasta ruso, que se alzó en 1987 con la Espiga de Oro de la Seminci por Sacrificio, su última película, un galardón que compartió con Neil Jordan por Mona Lisa. Será a las 19.00 horas en el Salón de Actos del museo. Hoy martes, a la misma hora, podrá verse Stalker (1979). Cerrará la propuesta el jueves, a las 17.30 horas, Andrei Rublev (1966). La entrada es libre para todas las proyecciones, que se presentarán en versión original subtitulada.
El cineasta soviético Andréi Tarkovski
Andréi Tarkovski, un poeta del cine
Nacido en abril de 1932 en la localidad de Zavrazhe (Ivánono, URSS), Andréi Arsénievich Tarkovski estudió en su juventud música, pintura y escultura, además de aprender lenguas orientales, antes de interesarse por el cine. También trabajó como geólogo por un tiempo en Siberia. Se matriculó en la aclamada Escuela de Cine CGIK (Instituto Estatal de Cinematografía de Todas las Rusias), bajo la batuta de Mijaíl Romm. Allí realizó  sus primeros cortometrajes y conoció a quienes serían sus mejores amigos: Sergéi Parajanov y Mijaíl Vartanov. Compaginó sus estudios de cine con los de violín, una pasión que tuvo su reflejo en el filme con el que el que se graduó, La aplanadora y el violín.
En 1975, tuvo un problema con las autoridades de la URSS por la que estuvo a punto de entrar en prisión. Fue tras el rodaje de su película El espejo, un trabajo denso y autobiográfico con una radical e innovadora estructura narrativa. Su siguiente película, Stalker, de corte fantástico, fue rodada tras una dramática reducción económica en la producción después de que un accidente en el laboratorio destruyese totalmente la primera versión filmada. Nostalgia, que rodó en Italia, fue la última película que realizó bajo la estricta vigilancia de la URSS, ya que huyó poco después de concluirla a Suecia junco con su esposa, cansado de las maniobras represivas de las autoridades hacia su obra cinematográfica.
Fue en Suecia, precisamente, donde rodó el que sería su último trabajo, Sacrificio, para el que contó con la colaboración de Ingmar Bergman. Ganó cuatro galardones en Cannes, un hecho sin precedentes en la historia del cine ruso. Enfermo de cáncer, no pudo asistir a recoger el Premio Especial del Jurado, y fue su hijo Andriushka quien lo recogió en su nombre ante un aplauso general que se prolongó durante varios minutos.
El más famoso director soviético desde Serguéi Eisenstein, Tarkovski es uno de los máximos representantes del cine ruso, autor de unas películas intensamente íntimas, ocasionalmente controvertidas y por las que es considerado como un poeta del cine. Falleció en París a la edad de 54 años, en 1986, y fue enterrado en un cementerio para inmigrantes rusos en el pueblo de Sainte-Geneviève-des-Bois, en Isla de Francia. Sergei Parayanov filmó en 1992 la película La última primavera, que retrata la amistad entre ambos.

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