Máxima emoción y un auténtico partidazo el vivido esta noche en Torrelavega entre el Bathco y un Recoletas Atlético Valladolid que tuvo los dos puntos en la mano, pero que finalmente sumó uno como recompensa a su fantástico juego. En una cita donde las defensas se impusieron a los ataques, el cuadro de David Pisonero refrendó en el Vicente Trueba las buenas sensaciones de sus actuaciones en Huerta del Rey y tuvo cerca su primer triunfo a domicilio de la temporada, que mereció por su esfuerzo e inmenso trabajo.
La Solidez Defensiva y un Gigante en la Portería
El equipo rayó a gran altura. Bajo palos, Juan Bar volvió a ser espectacular con 17 paradas, incluyendo un 48% de efectividad en la primera mitad. Esta actuación fue complementada por una defensa de alto nivel, sólida tanto en el 6:0 como en la defensa abierta, que minimizó los ataques cántabros.
A pesar de los menores recursos por las bajas de Karapalevski y Fodorean, y la pronta tarjeta roja sufrida por Ribeiro, el Recoletas controló el juego muchos minutos, exhibiendo un perfecto planteamiento en pista. El inicio se caracterizó por un ritmo lento, buscando un resultado corto (1-3 min.10), y la solidez defensiva vallisoletana llegó a dejar a los cántabros 9 minutos sin anotar.
Liderazgo en el Ataque y Control del Marcador
En la parcela ofensiva, el Recoletas fue muy eficaz con Alejandro Pisonero en la dirección. El central no solo movió la manija del equipo sino que fue el máximo artillero con 7 goles y 3 asistencias. Gracias a esta dirección y la solidez atrás, el conjunto vallisoletano dispuso de diferencias de hasta 3 tantos, marchándose al descanso con un 11-14 a favor.
El técnico local, Jacobo Cuétara, tuvo que gastar dos tiempos muertos para intentar frenar la inercia de los ‘gladiadores azules’, que aguantaron las acometidas del Bathco que se estrellaban en el muro levantado por Bar.
Reacción Cántabra y Final de Infarto
En la reanudación, el cuadro local no quería renunciar a seguir su racha de imbatibilidad. Cuétara ajustó la pizarra tras el descanso, logrando igualar fuerzas. La intensidad cántabra, junto a su mejoría en la circulación de balón y dureza defensiva, puso en máximas dificultades al Recoletas, llegando a empatar el choque a 16 (tras un parcial de 5-2) y ponerse por delante 19-18 en el minuto 46.
Sin embargo, cuando la tendencia parecía cambiar, el Recoletas dio una lección de coraje. Juan Bar emergió nuevamente para intimidar a los anfitriones, y en una espectacular acción de Herrero, el Recoletas se puso dos arriba con menos de 4 minutos por jugar (22-24). A pesar de este empuje, un postrero gol de Cangiani al contraataque para los torrelaveguenses dejó el apasionante partido en tablas. Un punto valioso que premia el esfuerzo y el trabajo inmenso del equipo de Pisonero.
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